dilluns, 9 de setembre del 2013

Food, Inc.



Food, Inc. es un documental estadounidense de 2008 dirigido por el cineasta ganador de un Emmy Robert Kenner.1 El filme está ligeramente basado en el bestseller de no ficción del 2001 Fast Food Nation, de Eric Schlosser, y The Omnivore's Dilemma deMichael Pollan

La trama parte del punto de vista de la industria alimentaria estadounidense, relatada con mucho realismo, entrevistas en primera persona con los productores, agricultores y granjeros, comandados por las grandes multinacionales con las que tienen contrato de servicio. Un contrato que les pone numerosas cláusulas estudiadas sobre cría, alimentación y aspectos claves del crecimiento y desarrollo de los animales. Por ejemplo, la alimentación en base a piensos manipulados específicamente en laboratorio para que los animales se desarrollen de forma más voluminosa (con más carne), en mucho menos tiempo.

NICARAGUA, un ejemplo a seguir: Ley de Medicina Natural




La Dra. M. Teresa Ilari ha sido una de las impulsora de la nueva Ley de Medicina General en Nicaragua. Esta legislación es un ejemplo de reconocimiento a la dignidad humana, una lección a los gobiernos poderosos y ricos que se creen con la sabiduría suficiente para despreciar la riqueza de nuestra madre Tierra. Nicaragua ha dado un paso de gigante con la aprobación de esta Ley de medicina natural, terapias complementarias y productos naturales en NicaraguaPaso que todos los países  que se consideren desarrollados y que estén al servicio de sus ciudadanos deberían dar.

Esta Ley integra la medicina natural con la medicina convencional, y concede el derecho a la población a decidir sobre el tipo de medicina o terapia bajo la cual quiere ser atendido, ya sea natural, complementaria, convencional, o una combinación de todas ellas. La Dra M. Teresa Ilari, catalana de origen, pero afincada en Managua, trata a sus pacientes en la sanidad pública nicaragüense (totalmente gratuita) con dos principales terapias: la Talasoterapia, o uso terapéutico del agua de mar, y la Nueva Medicina Germánica, basada en las cinco leyes biologicas del Doctor Hamer.

EL MUNDO SEGÚN MONSANTO




El mundo según Monsanto

El mundo según Monsanto (Le monde selon Monsanto), de la dioxina a los OGM, una empresa que le desea lo mejor, es un documental francés de 2008 de Marie Monique Robin sobre la multinacional Monsanto, la historia de la compañía y sus productos comerciales: como el PCB, los OGM, el Agente Naranja, la Hormona bovina oSomatotropina bovina, y su popular Roundup (Glifosato). Producido por Arte France, Image et Campagnie, Producctions Thalie, Office national du Canadá, WDR, con una duración de 108 minutos.
El mundo según Monsanto también es el título de un libro de investigación escrito por la misma autora, traducido a 11 lenguas. Marie Monique Robin es ganadora del premio Noruego "Rachel Carson Prize" de 2009 dedicado a mujeres ambientalistas.1
El documental muestra a la autora Marie Monique Robin, investigando y extrayendo información de Internet. Haciendo entrevistas y reconstruyendo la historia de Monsanto.

Historia judicial de Monsanto[editar · editar fuente]

La primera parte del documental aborda el problema del PCB(comercializado en Francia como Pyraléne), producido por la fábrica de Monsanto ( su filial Solutia Inc.) en Anniston Alabama (Estados Unidos). El documental alega que la contaminación provocada por la fábrica causó y continúa causando víctimas, mayoritariamente en la población negra más pobre, elevando la tasa de diversos tipos de cáncer.
Se le reprocha a Monsanto haber contaminado el agua (derramando PCB en los canales de evacuación de aguas que desembocan en el canal Snow Creek), la tierra (descargado desechos contaminantes a cielo abierto en el mismo sitio de producción, cercano a barrios circundantes) y el aire de Anniston. También se le reprocha a Monsanto haber ocultado la nocividad del PCB2 liberado en la población para no perder dinero, estando ellos al tanto de esta nocividad, como prueban notas internas de la compañía. En 1937 un estudio de la Universidad de Harvard, notificó a la empresa Monsanto que la exposición al PCB causa cloracné y lesiones en el hígado. En 1966, un estudio Sueco de Soren Jensen mostró que el PCB crea problemas medioambientales de gran magnitud, ya que tiene la capacidad de acumularse a lo largo de la cadena alimentaría ( bioacumulación). El reportaje está basado en los archivos internos de la firma, que fueron desclasificados por un proceso legal, una Demanda colectivade 3500 habitantes de Anniston contra Monsanto.
Monsanto y su filial fueron condenados a pagar 700 millones de dólares para indemnizar a las víctimas, descontaminar el lugar, y construir un hospital especializado. Ningún dirigente de Monsanto fue perseguido. Monsanto cesó la producción de PCB en EEUU en 1977. Y se prohibió la sustancia en ese país en 1978.

Los productos de Monsanto[editar · editar fuente]

La investigación examina a los productos creados y comercializados por Monsanto. Sus consecuencias sobre el medio ambiente y la salud: las dioxinas como el agente naranja en la guerra de Vietnam (y sus efectos sobre la población hasta hoy en día: cáncer; malformaciones congénitas…). Los PCB (y la contaminación derivada de su uso), la hormona (somatropina) de crecimiento bovina (que está prohibida en Europa y Canadá).
El film continúa en el estudio de la toxicidad del herbicida Roundup (glifosato) producido por Monsanto, que fue presentado como "respetuoso del medio ambiente". En enero del 2007, la sociedad Monsanto fue condenada por un tribunal de Lyon (Francia), por publicidad engañosa relativa al producto Roundup, al calificarlo como biodegradable.3 Unos pocos años antes la firma había sido condenada en EEUU por el mismo motivo. Entre los científicos citados en el informe, se encuentra un equipo de la CNRS y de la Universidad Pierre y Marie Curie, cuyas investigadores demostraron que el Roundup tiene un efecto nocivo sobre el ciclo celular (disfunciones características del cáncer): « de hecho, es suficiente una gota para afectar al proceso de división celular. Concretamente, se puede decir que para utilizar el herbicida sin riesgo, se necesita no solo portar un traje y una máscara, sino también asegurarse de que no haya personas a menos de 500 metros.»4 5
Finalmente, la periodista hace un estudio sobre los OGM de Monsanto, especialmente la soja y el maíz diseñados por Monsanto para resistir el herbicida Roundup, OGM's llamados “Roundup Ready”. En el documental se da la palabra a científicos alrededor del mundo. Que cuentan sobre las presiones que han sufrido como consecuencia de estudios sobre los OGM de Monsanto, especialmente desde el punto de vista de sus efectos sobre la salud pública. Estos científicos afirman haber sido incitados por sus tutelas a no comunicar lo investigado, para no comprometer el desarrollo de los OGM's. En estas entrevistas Dan Glickman secretario de agricultura de Bill Clinton (ex presidente de USA). Declaró sobre pruebas realizadas a los OGM's y su legislación en USA: « Francamente pienso que deberíamos haber hecho más pruebas, pero las empresas agro-industriales no quisieron, porque habían hecho enormes inversiones para desarrollar sus productos. Y, como responsable del servicio de reglamentación del Ministerio de Agricultura, sufrí muchas presiones para, digamos, no ser demasiado exigente.»6

Recepción de la película y del libro[editar · editar fuente]

El documental y el libro -que fueron traducidos a 15 idiomas y se difundieron en una veintena de países-, experimentaron un importante éxito público y fueron recibidos por la prensa nacional (francesa) e internacional.7 En Francia su éxito (1,6 millones de espectadores y 100000 libros vendidos), también se debe a la implicación de numerosas asociaciones locales que organizaron proyecciones de la película y reuniones en torno de los OGM y de Monsanto. En Internet se debatió en foros y blogs sobre OGM luego de la publicación del libro y la película. Marie Monique Rovin afirmo sobre ciertos ataques a foros de Internet «tan sistemáticos que parecen ser orquestados».8
El mundo según Monsanto también parece tener una influencia en la escena política. El semanario francésL'Express afirmo que el debut de abril, en pleno debate sobre los OGM, el senador Jean-François Le Grand, el "Sr. OGM" de la mesa redonda del medio ambiente, ha escrito al presidente de su grupo Henri de Raincourt, para denunciar las prácticas lobbisticas que "opera" en los parlamentarios y anunciar su negativa de "la fatalidad de un mundo según Monsanto"."He visto el documental y estoy muy impresionado", testimonió, señalando que algunos de sus colegas, también, estaban "agitados". "Pero no puedo dar nombres".9 Más recientemente en Alemania, Robin recibió de la mano de Renate Künast el viejo ministro de medioambiente del gobernador Schröder el "Umwelt-Medienpreis" (premio de medios de comunicación alemanes). En el comunicado de prensa el jurado del premio afirmo que El documental ha permitido a los ciudadanos y ciudadanas hacer preguntas críticas a sus diputados y netamente contribuyo a la prohibición del maíz transgénico en Alemania.10 Algunos analistas consideran que la película Home de Yann Arthus-Bertrand también impulso a los partidos verdes europeos en las elecciones europeas de 2009.
El informe se ha convertido en una herramienta de comunicación privilegiada de los movimientos anti-OGM, así el 25 de marzo 2008 un DVD fue enviado a cada diputado francés por la organización ecologista Greenpeace a fin de influenciar en el debate de la ley de OGM en la asamblea nacional francesa.11 ·.12

Posición de Monsanto[editar · editar fuente]

Sobre la realización del informe la sociedad Monsanto no ha deseado responder a los pedidos de entrevistas formuladas por la autora. Luego de la difusión del informe, no ha habido respuesta oficial publicada, sin embargo Monsanto France en un boletín Número 22 publicado en marzo del 2008, dijo «La película y el libro son cuestiones que fueron realizadas por personas opuestas a las biotecnologías vegetales y fue su objetivo el desacreditar estas tecnologías y a los actores correspondientes a su desarrollo».13

dilluns, 20 de maig del 2013

Grupos de consumo: retomar el control sobre la alimentación

Grupos de consumo: retomar el control sobre la alimentación
Así lo ponen de manifiesto las experiencias de grupos y cooperativas de consumo agroecológico que en los últimos años han proliferado por doquier en todo el Estado español.
ENVIADO POR: ECOTICIAS.COM / RED / AGENCIAS, 13/05/2013
¿Qué comemos? ¿De dónde viene, cómo se ha elaborado y qué precio pagamos por aquello que compramos? Son preguntas que cada vez se formulan más consumidores. En un mundo globalizado, donde la distancia entre campesino y consumidor se ha alargado hasta tal punto en qué ambos prácticamente no tienen ninguna incidencia en la cadena agroalimentaria, saber qué nos llevamos a la boca importa de nuevo, y mucho.

Así lo ponen de manifiesto las experiencias de grupos y cooperativas de consumo agroecológico que en los últimos años han proliferado por doquier en todo el Estado español. Se trata de devolver la capacidad de decidir sobre la producción, la distribución y el consumo de alimentos a los principales actores que participan en dicho proceso, al campesinado y a los consumidores. Lo que en otras palabras se llama: la soberanía alimentaria. Que significa, como la misma palabra indica, ser soberano, tener la capacidad de decidir, en lo que respecta a nuestra alimentación (Desmarais, 2007).

Algo que puede parecer muy sencillo, pero que en realidad no lo es. Ya que hoy el sistema agrícola y alimentario está monopolizado por un puñado de empresas de la industria agroalimentaria y de la distribución que imponen sus intereses particulares, de hacer negocio con la comida, a los derechos campesinos y a las necesidades alimentarias de las personas. Sólo así se explica tanta comida y tanta gente sin comer. La producción de alimentos desde los años 60 hasta la actualidad se ha multiplicado por tres, mientras que la población mundial, desde entonces, tan solo se ha duplicado (GRAIN, 2008), pero, aún así, casi 900 millones de personas, según la FAO, pasan hambre. Está claro que algo no funciona.

Algunas características 

Los grupos y las cooperativas de consumo plantean un modelo de agricultura y alimentación antagónico al dominante. Su objetivo: acortar la distancia entre producción y consumo, eliminar intermediarios y establecer unas relaciones de confianza y solidaridad entre ambos extremos de la cadena, entre el campo y la ciudad; apoyar una agricultura campesina y de proximidad que cuida de nuestra tierra y que defiende un mundo rural vivo con el propósito de poder vivir dignamente del campo; y promover una agricultura ecológica y de temporada, que respete y tenga en cuenta los ciclos de la tierra. Asimismo, en las ciudades, estas experiencias permiten fortalecer el tejido local, generar conocimiento mutuo y promover iniciativas basadas en al autogestión y la autoorganización.

De hecho, la mayor parte de los grupos de consumo se encuentran en los núcleos urbanos, donde la distancia y la dificultad para contactar directamente con los productores es más grande, y, de este modo, personas de un barrio o una localidad se juntan para llevar a cabo "otro consumo". Existen, asimismo, varios modelos: aquellos en que el productor sirve semanalmente una cesta, cerrada, con frutas y verduras o aquellos en que el consumidor puede elegir qué alimentos de temporada quiere consumir de una lista de productos que ofrece el campesino o campesinos con quien trabaja. También, a nivel legal, encontramos mayoritariamente grupos dados de alta como asociación y unos pocos, de experiencias más consolidadas y con larga trayectoria, con formato de sociedad cooperativa (Vivas, 2010).

Un poco de historia 

Los primeros grupos surgieron, en el Estado español, a finales de los años 80 y principios de los 90, mayoritariamente, en Andalucía y Catalunya, aunque también encontramos algunos en Euskal Herria y el País Valencià, entre otros. Una segunda oleada se produjo en los años 2000, cuando éstas experimentaron un crecimiento muy importante allá donde ya existían y aparecieron por primera vez donde no tenían presencia. A día de hoy, estas iniciativas se han consolidado y multiplicado de manera muy significativa, en un proceso difícil de cuantificar debido a su propio carácter.

El auge de estas experiencias responde, desde mi punto de vista, a dos cuestiones centrales. Por un lado, a una creciente preocupación social acerca de qué comemos, frente a la proliferación de escándalos alimentarios, desde hace algunos años, como las vacas locas, los pollos con dioxinas, la gripe porcina, la e-coli, etc. Comer, y comer bien, importa de nuevo. Y, por otro lado, a la necesidad de muchos activistas sociales de buscar alternativas en lo cotidiano, más allá de movilizarse contra la globalización neoliberal y sus artífices. De aquí, que justo después de la emergencia del movimiento antiglobalización y antiguerra, a principios de los años 2000, una parte significativa de las personas que participaron activamente en estos espacios impulsaran o entraran a formar parte de grupos de consumo agroecológico, redes de intercambio, medios de comunicación alternativos, etc.

Comer bien versus cambio político

De este modo, observamos dos sensibilidades que integran a menudo dichas experiencias. Una que apuesta, en términos generales, por "comer bien", dando un mayor peso a cuestiones relacionadas con la salud y otra que, a pesar de tener en cuenta estos elementos, enfatiza más el carácter transformador y político de estas iniciativas. He aquí el reto de los grupos y las cooperativas de consumo, reivindicar una alimentación sana y saludable para todo el mundo. Lo que implica no perder de vista la perspectiva política de cambio.

Si queremos una agricultura sin pesticidas ni transgénicos es necesario empezar por exigir la prohibición de los cultivos transgénicos en el Estado español, puerta de entrada, y paraíso, de los Organismos Genéticamente Modificados en toda Europa. Si queremos una agricultura de proximidad, que no contamine el medio ambiente, con alimentos que recorren miles de kilómetros de distancia (Amigos de la Tierra, 2012), es imprescindible una reforma agraria y un banco público de tierras, que en vez de especular con el territorio lo haga accesible a quienes quieren vivir de trabajar la tierra. En definitiva, o cambiamos radicalmente este sistema o "comer bien" se convertirá en un privilegio sólo accesible para quienes se lo puedan permitir.

Los grupos de consumo son sólo un primer paso para avanzar hacia "otra agricultura y otra alimentación", pero deben ir más allá y cuestionar el sistema político y económico que sustenta el actual modelo agroalimentario. La comida, como la vivienda, la sanidad, la educación..., no se vende, se defiende.


Referencias bibliográficas

Amigos de la Tierra (2012) Alimentos kilométricos en:http://issuu.com/amigos_de_la_tierra_esp/docs/informe_alimentoskm
Desmarais, A. (2007) La Vía Campesina. La globalización y el poder del campesinado. Madrid. Editorial Popular.
GRAIN (2008) El negocio de matar de hambre en: http://www.grain.org/articles/?id=40
Vivas, E. (2010) “Consumo agroecológico, una opción políticas” en Viento Sur, nº 108, pp. 54-63.